Auge del teatro en Cataluña
De
siempre Cataluña ha sido un territorio pródigo en talentos
teatrales en lo dramático y en lo cómico. Una muestra es que los
actores que han interpretado al Emérito en sus biopics rosáceos y
ensalzadores, (por no hablar de los de TV3 con sus parodias de "Polònia"),
son mayoritariamente catalanes... La política en todo tiempo se ha
mimetizado con los talentos ciertamente con mucha menor fortuna. La
gente se ríe con con los cómicos y casi llora con los políticos y
no es por lo lamentable de sus actuaciones, no hay mas que recordar a
Bonilla pidiendo el voto a una vaca en Andalucía, a Casado, que no
pronuncia la palabra deportación para extranjeros pobres pero se le
entiende, al viejo Pujol fugitivo de aquellos dineros heredados(?) y
amenazador de alumbrar enterradas conversaciones de alto nivel y
hasta regio de cuando Villarejo era joven. La rapidez de dicción de
Rivera es contraproducente, porque la palabra no va sincronizada con
el pensamiento y ello da lugar a divertidos trabalenguas y
confusiones, mas acordes con el clásico compañero del Augusto
circense.
Estos
días los catalanes salen a la calle con independencia de origen o
ideas. Los españoles suelen ignorar que los recortes rajolianos
comenzaron con el benéfico señor Mas en Cataluña y tampoco se
dieron mucha cuenta que CiU se volvió mas nacionalista e
independentista que nadie a raíz de las investigaciones sobre las
corruptelas de Pujol y los herederos de su corte. Los que ahora salen
a las calles ¿Reclaman Independencia o República? No, reclaman lo
que les han quitado, recortado, robado, o quieran llamarlo, desde fuera
o desde dentro. Es sabido que las ideologías no dan de comer y la
idea de independencia en el siglo XXI o República por respetables
que sean su valor calórico es ciertamente nulo. Son muy respetables
incluso en la Constitución con trampa de España, que dice que todo
se puede cambiar, pero no se deja cambiar nada porque la derecha es
liberal: libertad sobre todo para los que tienen y quieren mas, o
peor, el VOX asustaviejas que viene y que promete no romper urnas,
pero habrá que ver si los incontrolados de toda la vida no rompen
cabezas de disconformes. Ha pasado y pasa.
Y en Cataluña, como en todas partes al final se impone la realidad y frente a la realidad la fantasía de las tablas y el gesto de los artistas. Si los manifestantes reclaman menos listas médicas de espera se les responde que está muy bien que reclamen, pero que hay que insistir en la independencia porque eso va a resolver todo. Y como los números cantan y siempre son incómodos pues resulta que el dinero que falta en unas cosas se gasta en otras, mejor no entrar en detalles... A lo mejor la Historia del mañana reconoce que los pacientes que pudieron ser asistidos y tardaron o no fueron, se sacrificaron por la Nación Catalana de la mano de sus representantes en exclusiva y con exclusión de minorías, quizá de la mitad incluso o más de votantes. Los fugitivos actores del 3% y otras obras del repertorio siguen corriendo y trabajando. La bandera y la Unidad, como en Madrid, lo cubre todo. Ya verán que pomaditas dedica a todos Felipe de Borbón dentro de unas semanas en su discurso anual: Todos encantados de habernos conocido. Y que siga la obra.
El teatro tiene mucho porvenir en Cataluña y en España. Los shows con antidisturbios también. Y el éxito de los discursos oficiales mas asegurado que la información vaginal, Villarejo dixit. Miremos a la luna. El caballo de Abascal cabalga, alguno se suicida por los desahucios a los que no va el Borbón, que los ignora y Caixabank cerrará 800 oficinas y el Santander... ¿Cuántos a la calle? Las cuentas de resultados mejorarán. Esto es España, caballero. Teatro con caballos cagones en el patio de la corrala del público, que guardan compostura cuando viene el chino de las uvas y prohíben hasta un oso en la Puerta del Sol por si se molesta. ¿Quitarán el monumento la próxima vez? Al teatro los antiguos también lo llamaban farsa.