PARTIDO CARLISTA DE MADRID

  Hace tiempo ya, cuando la globalización iniciaba su boom como único y magnifico sistema de desarrollo económico mundial, en una amistosa charla con alguien “muy preparada” para casi todo se me intentó convencer de la necesidad de abrir las puertas a un nuevo futuro; entonces y ahora quise dejar clara la diferencia entre globalización y mundialización, entendiendo la segunda como la vía de desarrollo humano en lo cultural y social, en contraposición a la búsqueda de la capitalización del hombre como parte del engranaje de un sistema basado únicamente en principios económicos. Desde entonces, tiempos convulsos en los que el hombre como protagonismo del rotar diario de esta tierra, dio un gran paso atrás. Hoy un hecho insólito lo ha puesto de manifiesto, una mínima pieza descolocada puede pararlo todo, un simple buque puede dirigir la economía mundial. La multidependencia del sistema de producción, para el que la deslocalización fue un arma indispensable, mediante la cual se prioriz

EL EFECTO MARIPOSA Estos días hemos oído con mucha frecuencia la frase “efecto mariposa”, refiriéndose al efecto que el aleteo de millones de insectos delicadísimos y mínimos en su causa efecto de vuelo individual, volando a un tiempo pueden producir; transpuesto al plano político, ¿Qué hay de real en el efecto mariposa-Murcia-Madrid-Castilla León…? La Comunidad Murciana, cuya influencia en la política nacional tristemente ha sido casi siempre nula, en las últimas elecciones Generales recibió en VOX   convertida en la fuerza más votada, un vuelco inesperado, aunque podríamos decir que una simple causa efecto de las políticas de dejación permanente. Una moción de censura PSOE-Ciudadanos, basada en la gestión pandémica principalmente, y un nuevo transfuguismo al que los políticos profesionales nos tienen acostumbrados, podría haber sido sin más otra anécdota de las que no pasan a la historia, pero… Los movimientos de la alta política son mucho mas retorcidos y ocultos de lo que los d

    Desde siempre he sabido que mi codo servía para mucho más de lo que uno se imagina. Cuando los libros en la mesa de estudio se convertían en una autentica pesadilla a memorizar, una voz a la espalda decía “codos, codos, o no llegarás a nada” y con la infantil angustia de llegar a ese nada, repetía hasta la saciedad la lista de los hijos de Israel, o la dinastía de los Austria, loro inocente que no pretendía más que cumplir como buena niña. Años después, muy pocos, saliendo del cascaron aún, me di cuenta de un nuevo significado para mi codo, el mío y el de las que como yo habíamos decidido pasar a un estrato en la sociedad superior al que debíamos ocupar en cumplimiento de buenas enseñanzas, habíamos decidido crecer, ser libres, decidir, tener un YO con mayúsculas, sin nadie que aclarase más. Abrirse camino en un mundo masculino y paternalista, difícil y lo aun peor, teniendo de frente una legión de mujeres que en su comodidad unas y su ignorancia otras, entendían que el papel