Ayuntamiento de Madrid, un espejo del desmadre ya existente a nivel nacional.



La próxima primavera nos trae elecciones municipales y con la proximidad se inicia la batalla por los sillones municipales. Nada nuevo.

Pero justo la sorpresa nos viene de quienes renegaban del posicionalismo partidista, de la lucha por el poder y no por la causa, aquellos que levantaron las  carpas de la Puerta del Sol, instaladas un 15-M con ilusión de futuro, levantaron o mejor suprimieron las carpas con un movimiento  de avanzada contra el bipartidismo, que enganchó a muchos aunque hizo dudar a otros.

Se ganó Madrid, para temor de “la gente de orden”,¡Que vienen los podemitas arrasando con aires destructivos!... pues fue que no. El poder cambia, es como Fausto, da y quita, y en lo que quita va la mejor partida para él, la verdad, la ilusión, la lucha.

 La decisión de “Manuela” como todos conocemos a la actual alcaldesa, de presentarse con lista independiente, después de haberse servido de su fama de política de izquierdas y luchadora incorruptible, para ganar la cabecera en las alianzas podemitas; sus adláteres en un principio quedan a la espera, pero la decisión o imposición del nuevo cabeza de lista para Podemos, Julio Rodríguez, de cuyos antecedentes profesionales ya se sabe no coinciden demasiado con la ideología del Partido, hace que tomen la decisión de  no salir en sus listas naturales y pasar a la de Manuela.

Mientras unos y otros luchan por lo que creen presa segura, otros esperan e incluso algunos aparecen y avanzan, la extrema derecha está creciendo de manera preocupante y no en los distritos afines de siempre, sino en aquellos que por la inseguridad y la dejación quieren soluciones rápidas a sus problemas.

Madrid no es solo la sede del gobierno, la pista de manifestaciones, el espejo cultural…. En Madriz,  además de turistas, hay gente que vive el día a día y no merece ser utilizada como campo de batalla de quienes solo deberían preocuparse de dar trabajo, vivienda y seguridad para sus ciudadanos.