Pedro Sánchez, sin redención ni Presupuesto
El sinvivir
del rosario de gestiones buscando apoyos para aprobar los Presupuestos parece
que va camino de la nada. El independentismo catalán ha jugado el órdago
imposible de la libertad de los políticos presos pensando que cuanto peor mejor
y es muy dudoso que ni siquier Esquerra se mueva de esa postura, mientras el náufrago
Puigdemont trata de sobrevivir en Waterloo haciendo todo lo posible para que no
le olviden, porque sabe que si deja de ser el Honorable su suerte política en
Cataluña está echada.
Ni Casado
ni Rivera van a perdonar una demagogia para atacar al Gobierno desde la
enormidad del caso Cospedal, ni mucho menos VOX cuya irrupció,n de confirmarse
en las elecciones andaluzas puede sostener a Podemos en su crisis multiprovincial, tan
grande en Madrid que se duda que Iglesias logre resolverla. Pablo, realista, ya
advierte de la posibilidad de elecciones, aunque sabe de la posibilidad de la
trinchera en Moncloa.
En
definitiva y tratándose el Presidente de una persona capaz de decir una cosa y
la contraria en el mismo huso horario sin despeinarse es muy creíble su
afirmación de poder gobernar mediante la infame táctica del decreto ley a
espaldas del Parlamento, exactamente igual que hizo el autócrata Mariano en su
mandato. Siendo así ¿Qué podemos esperar? Pues que decida la bruja de Pujol o
la ouija invocando los siniestros nombres de la Transición empezando por Fraga
o el almacén de los jarrones chinos que mantenemos a cuerpo de borbón. Seguimos
en el siglo del esoterismo político y los suicidios con el gas, que los hay...