Ya era hora, Andalucia
Sí porque ya tardaba mucho, pero
al fin la lógica política se ha impuesto y la extrema derecha se ha segregado
de su matriz adquiriendo corporeidad fuera del PP. Entre los Estados europeos con una población
cuantitativamente destacable, el Español era la excepción, aunque eso no ha
causado extrañeza porque siempre hemos ido a remolque de Europa, también en política.
Es indicativamente reseñable la
primera comparecencia –triunfal comparecencia- del líder de la formación
protagonista en estas elecciones, Abascal en su corta aparición ha presentado como
asuntos de primordial importancia la defensa de los toros y de la caza,
preocupación de su gobierno que retrata el sesgo no solo de su ideología sino
muy principalmente la extracción social y cultural de sus apoyos promocionales.
Pero también, con total honestidad, ha apuntado otros signos de su deseada
gobernanza: xenofobia, antifeminismo, homofobia y, naturalmente, feroz
centralismo imperial e impositivo mediante la supresión de las autonomías. Casi
todo, como puede comprobarse apuntado de siempre por el PP aunque ahora,
también coincidentemente para no perder el tren reaccionario, mucho más
evidenciado por un Casado aznariano.
¿Quiénes han hecho posible este
rutilante, e inesperado éxito del
franquismo que se suponía ya pretérito? Algunos apuntan casi en
exclusiva al problema catalán, pero el tema es más complejo y, por ello, de difícil
explicación, más aún cuando se van conociendo los datos. Por ejemplo ¿es
explicable que en Sevilla el mayor apoyo a esa opción ultra se haya producido
en el barrio de “Las 3000 viviendas”, el de mas marginación social con un 70 ú
80 por ciento de paro y una delincuencia superior al de cualquier otro barrio de
Andalucía; o que los niveles más altos de apoyo a esa misma formación en
Almería hayan sido en el Ejido, municipio con el mayor índice de inmigrantes de
toda la región y casi del entero Estado? Tal vez se podría argumentar que
precisamente la xenofobia del neofranquismo triunfante ha motivado el
resultado, pero quien vota es precisamente el “nacional” que se sirve –y generalmente
explota- de tales inmigrantes ¿Y ese ciudadano se va a poner del lado de quienes
quieren eliminar la entrada de la mano de obra barata? No, no solo son los señoritos que en un spot publicitario
galopaban en caballos pura sangre por la campiña andaluza en un infantil remake
de las Cruzadas, la Reconquista, el sometimiento de los indios tras el
Descubrimiento o todo unido, es algo más profundo y que nos debería preocupar,
porque ¿Acaso no se recuerda quienes nutrieron las filas de de la musoliniana
Marcha a Roma, o quienes aplaudieron desde un principio lo que se les decía en
una cervecería de Munich? No eran gentes de las burguesías italiana o alemana
sino en su mayoría obreros hasta poco antes socialistas o comunistas.
La cuestión ahora es no ya el
éxito que se observa, con mucha carga mediática que también hay que apuntarlo,
en Andalucía, sino ver si se repite en otros territorios. ¿Se recuerda la
exultante ola de Podemos que tras el Vistalegre de hace tres años –también VOX
ha tenido su Vistalegre- parecía que iba a inundar y conquistarlo todo? Pues acabamos de
ver la realidad de Podemos y sus “mareas” en Andalucía y sus problemas internos.
Igualmente habría que apuntar el posible descalabro que para Ciudadanos puede
significar a corto plazo en Catalunya un competidor tan novedoso y triunfador
(¿Tal vez con un efecto similar al de Arrimadas respecto al pobre Albiol y su
PP?).
Hay que esperar. La absoluta
estulticia dialéctica y ranciedad de ideas de Abascal, manifestadas una y otra
vez en sus públicas intervenciones no son un aval demasiado solvente para
garantizar su éxito próximo y continuidad futura. ¿Desaparecerá tal vez? No,
pero quedará muy posiblemente en esas aguas templadas de los tonos grises de la
política española, pese a algún otro éxito próximo, y eso lo decimos porque aún
nos queda algo de esperanza respecto a la inteligencia de los ciudadanos.
Por último una pregunta: ya que
Abascal ha resucitado en su poselectoral comparecencia estelar y exultante el
franquista calificativo de “hordas comunistas” ¿aceptará que tanto a él como a
su partido se le pueda calificar de “fascista”?.