La moción buñuelo de VOX recibió el trato merecido de publicidad que quería, y de votos...

La sesión parlamentaria en la que se planteó y debatió la moción de censura de Vox resultó interesante por ser poliédrica y de futuro transcendente. Poliédrica porque nadie pensaba que en ella se apuntaran posicionamientos tan diversos y hasta enfrentados. Hasta ahora se había visto una confrontación entre un PsoE moderado cuya natural vena reivindicativa y transformadora había tenido que ser delegada en su socio Podemos, por lo que el compromiso de Sánchez por cumplir con la defensa de lo que, al menos teóricamente, representa su partido aparecía desdibujado, una ayuda ejcutiva que le permitía seguir siendo gris y simplemente pragmático. Anteayer tal comodidad le fue inesperadamente fortalecida por quien, teóricamente, es su enemigo principal, por el partido de la oposición, al menos la oficial, el PP. Ya se ha dicho, pero hay que repetirlo: difícilmente puede encontrarse en los anales de parlamentarismo español una intervención mejor articulada y coher...