La moción buñuelo de VOX recibió el trato merecido de publicidad que quería, y de votos...

La sesión parlamentaria en la que se planteó y debatió la moción de censura de Vox resultó interesante por ser poliédrica y de futuro transcendente. Poliédrica porque nadie pensaba que en ella se apuntaran posicionamientos tan diversos y hasta enfrentados. 
 
 
 
Hasta ahora se había visto una confrontación entre un PsoE moderado cuya natural vena reivindicativa y transformadora había tenido que ser delegada en su socio Podemos, por lo que el compromiso de Sánchez por cumplir con la defensa de lo que, al menos teóricamente, representa su partido aparecía desdibujado, una ayuda  ejcutiva que le permitía seguir siendo gris y simplemente pragmático. Anteayer tal comodidad le fue inesperadamente fortalecida por quien, teóricamente, es su enemigo principal, por el partido de la oposición, al menos la oficial, el PP.


Ya se ha dicho, pero hay que repetirlo: difícilmente puede encontrarse en los anales de parlamentarismo español una intervención mejor articulada y coherente que con  la que Casado aniquiló a Abascal. Podrá decirse que tal victoria era fácil en tanto que la del jefe del partido ultraderechista fue  lamentable, sin una sola propuesta en sentido alguno, muy en la onda de las que su admirado Franco nos encasquetaba en la inauguración de sus "Cortes", pero Casado fue brillante, incisivo y aniquilador.



Hoy puede estar tranquilo y descansado Sánchez, un nuevo camino se le ha abierto. La actitud de Casado anuncia una al menos actual liberación de las exigencias recientes de su socio Iglesias hoy espoleado por su problema judicial aun no resuelto y que pretendía solucionar mediante la urgente reforma del Consejo General del Poder Judicial, con todo lo que ello comporta. Sánchez demostró claramente que tal liberación apuntada había que mostrarla y, por ello, anunció en su intervención que ese asunto quedaba aparcado, lo cual significaba igualmente que podría esperar, al menos en un futuro inmediato y hasta siguiente, la no dura oposición derechista. Una tranquila nueva situación que se pudo detectar en la desanimada intervención de Pablo Iglesias.

 

¿Habrá mas consecuencias?. Tal vez inmediatas no, pero si el problema epidémico llega a resolverse o  al menos a amortiguarse significativamente, y el giro pacifico del principal partido de la oposición se mantiene, no sería pecar de profeta el decir que una remodelación ministerial es posible que se dé, con visible eliminación de ministerios inútiles e introducción de gestores especialistas en economía que puedan reconducir una situación que hoy por hoy está muy cercana al colapso, y no quiero ser tremendista, con una realidad en lo social que hasta se podría calificar, si por desgracia se mantiene, como postbélica.


Por último, es curiosa la coincidencia en el tiempo de la visita de Sánchez al Papa. ¿La Conferencia Episcopal, otro enemigo menos?. La modulación del IBI y el mantenimiento de la situación de la escuela concertada parecen ya una realidad.


No recordamos quien lo ha dicho últimamente, pero es cierto: pocos políticos modernos de nuestra común historia han sabido sortear y reorientar su compromiso político con tal habilidad, y con tanta suerte, también hay que añadir.  E