Madrid Central
En este fin de mes de noviembre, las cosas van saliendo lo suficientemente alteradas como para desear poder dejar en blanco el cerebro, encerrarse en un silencio sanador y perderse todas las maravillas informativas que nos aguardan para alegrarnos la vida. Si los andaluces votan el domingo, después de una campaña electoral en la que caballos y remodelaciones peliculeras unidos a mucha metedura de pata de unos candidatos mediocres que nada aclaran; los catalanes deciden por obra y gracia de no sé qué milagro, que la calle lo que necesita es movimiento y no precisamente independentista, hay que reivindicar de todo porque de todo falta además de vergüenza en los políticos suyos y nuestros. Para menos provincianismo tenemos a punto el G.20 en una Argentina que muere y mata por el dichoso futbol, ese veneno social que sirve a los gobernantes para que los pueblos no noten el crujir de tripas y de alma. Tenemos una península de Crimea a punto de reventar, una I...